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EN LOS CONFINES DE KORCULA

Publicado 21/09/2023

VISTA DE KORCULA DESDE VELA SPILAVISTA DE KORCULA DESDE VELA SPILAEl ámbar translúcido de las uvas maduras del campo de Lokvica me tenía embaucado mientras escuchaba a Dinko Radic hablar del asentamiento neolítico construido junto al viejo manantial. Todos los años había una crecida de las aguas con las lluvias invernales y se formaba un lago artificial que dejó de brotar gracias al sistema de drenado que el mismísimo emperador Francisco José ordenó construir antes de la Primera Guerra Mundial. Dinko fue a dar una vuelta y regresó con varias piezas de industria lítica. Yo seguía embelesado con el campo y el veterano arqueólogo nos explicó como las gentes del neolítico se establecieron junto a estos “ojos”. Si lo hacían durante todo el año o únicamente durante la subida de las aguas, todavía es una incógnita.

El campo de Korcula es fértil; las laderas de las montañas son de roca caliza. No son yermas porque las coníferas prosperan  por doquier y los arbustos de hoja hiriente las acompañan para bosquejar unas sierras verdes;  pero son ásperas, irritantes al tacto. En cambio, la llanura es escasa y muy amable, dulce como la juventud, meliflua. Un sitio perfecto para agricultores y para ganaderos.  

Durante el neolítico, las gentes de Korcula ocuparon toda la isla. Pero Korcula no siempre fue isla. Antes, cuando los cascotes de hielo asomaban en lontananza, arrancando en el lejano norte hiperbóreo; presionando a media Europa hacia el mar con atronadores glaciales; antes, cuando los esquivos gravetienses ocuparon Vela Spila, la Cueva Grande, los hombres y las mujeres de esta península que buscaba un todavía lejano Adriático, cazaron ciervos rojos y uros y fabricaron figuritas de animales con cerámica. No fabricaron vasijas o cuencos para uso culinario, hicieron pequeñas esculturas. Aquellos grandes cazadores fueron también los primeros artistas de este confín. Desarrollaron una tecnología para dejar constancia de su mundo simbólico. Me vienen a la cabeza Gobekli Tepe y Karahantepe, en la lejana Mesopotamia, donde los cazadores construyeron colosales lugares de conmemoración o quizá santuarios, con los animales como epicentro de la creación. Animales, roca, cerámica (que es roca artificial)…

En pocos años, tras la subida impresionante del mar, los habitantes de Korcula pasaron de atiborrarse de grandes presas cazadas a pecho descubierto, a hartarse, literalmente, de caballas. Su mundo cambió tanto como su dieta. Ahora el mar estaba a las puertas de casa, había subido decenas de metros, y el futuro estaba en las aguas transparentes del Adriático que entonces tenía un nombre que jamás conoceremos, grabado en una lengua ignota que desapareció bajo la prístina subida de un mar nuevo.

VELA SPILA. INTERIORVELA SPILA. INTERIOREn Vela Spila, en la Cueva Grande, fue quedando testimonio del caos y de la adaptación. Pero no fue el único reservorio de la memoria de Korcula.

Se dice que aquí nació Marco Polo. Al menos fue hecho prisionero, con toda seguridad, durante una gran batalla de galeones venecianos y genoveses. Dicen los lugareños que más de 250 de estos grandes navíos esperan en el fondo de las aguas claras de Korcula.

Muy cerca de la península que cobija la ciudad amurallada, la fortaleza de caliza, la urbe llena de adarves y de asomaderos del mar, frente al viejo monasterio y a una isla llena de gracia, el fondo del mar custodia – disimuladamente – los restos de Soline. Soline es una isla artificial del neolítico, una isla que tenía un camino de baldosas de caliza. Hubiera sido mejor que las baldosas fueran amarillas y más rectangulares, pero tratándose de un camino con 7.000 años de historia, quizás más, cuando pudimos ver sur restos a un metro de nuestros ojos, al menos a mí, me pareció un sendero mágico. En esas circunstancias siempre aparece una dorada que te mira fijamente. Quién sabe, a lo mejor esta vez era una lubina. Se lo preguntaré a Boric Marelic, nuestro guía y patrón en Soline. Boris nos llevó a su casa desde donde pudimos filmar el yacimiento viéndolo con desnivel y perspectiva y luego nos embarcó para soltarnos en medio de la laguna. Agua clara y cálida. Felicidad.

Soline fue el primero de los yacimientos de este tipo que se excavó en la isla de Korcula, pero no el único. Los arqueólogos todavía no han publicado sus conclusiones, ni siquiera han aventurado una hipótesis. No obstante, nos consta que se han recuperado restos de semillas y frutos, fragmentos de cerámica y también industria lítica. Estamos claramente ante un yacimiento del neolítico, un espacio creado ad hoc del que desconocemos su uso y su intención. Antes ya del neolítico los hombres y las mujeres habían edificado extraños recintos usando grandes piedras. Durante el neolítico pleno, el megalitismo llegó a su máxima expresión. ¿Es Soline parte del fenómeno megalítico? ¿Posee el mismo sentido de un dolmen?

GRADINE. KURRO RODANDO. GRADINE. KURRO RODANDO. Vela Luka es el omega si Korcula es el alfa. Así es esta ínsula croata. Y el omega también tenía que tener su isla hundida. Muy cerca de Vela Spila, de la Cueva Grande, hay una bahía cerrada que parece una laguna con aguas plácidas y transparentes, una calzada y un recinto que mezcla un círculo y una elipse, como la arena de la Maestranza con 100 metros de diámetro. En Vela Gradina también hay una pequeña isla con un yacimiento, nada menos que romano, y entre ella y la orilla principal, los habitantes del neolítico elevaron una isla sobre un mar que creció sin miramientos. Mismo escenario que Soline, mismas preguntas, mismo estado de la cuestión. Esta vez hemos llegado muy pronto para contaros certezas; en el momento justo de plantear las preguntas. Todavía no ha ido ninguna televisión por allí y casi ningún medio. Nosotros somos más de contar las historias bien, o de intentarlo, que de ser los primeros, pero en este caso –y en otros – se nos ha presentado la ocasión, o la hemos perseguido con el afán de traerla ante vuestros ojos. A veces resulta un esfuerzo grande que siempre merece la pena.

Korcula tiene más arqueología que la neolítica. Hopila con sus grandes fosas infantiles da fe de ello. Centenares de niños fueron enterrados juntos durante el periodo helenístico. La isla fue griega y luego Roma se impuso. Pero hoy, hablamos de neolítico.

Tan novedoso como las islas artificiales de Korcula y con más trabajo de investigación realizado, está el asunto de la producción de queso, yogur y leche. Sólo en el tramo que va desde Split al norte de Zadar, algo más de 130 kilómetros, focalizándonos en la región de Sibenik, hemos podido ver yacimientos como Krivace y restos arqueológicos muy singulares debidos a la Cultura de Danilo. En Croacia, Dalmacia, el neolítico presenta tres facies diferentes: la impresa, la Cultura de Danilo y el neolítico final. Danilo es el neolítico medio, muy rico. En algunos de sus vasos, llamados ritones, los investigadores han obtenido restos de queso duro que habían sido calentados ex profeso. El ritón es un vaso muy singular. Su soporte es por lo general las patas de un animal aunque en Zadar pudimos grabar una pieza que eran dos piernas de mujer, en su parte inferior. Porque la superior es una medio esfera con un asa. El cacharro en sí parece sacado de la mente de Dalí, es puro surrealismo, y su prevalencia en aquella cultura asociándose al queso es muy llamativa.RITONES NEOLÍTICOSRITONES NEOLÍTICOS

Los científicos creen que la producción de queso redujo la intolerancia a la lactosa, permitiendo así el uso de un alimento altamente energético, proteico y con vitaminas y grasas esenciales. Además, el queso, resiste bien el paso del tiempo y se puede transportar. Disminuyó la mortalidad infantil y mejoró la calidad de vida de la población. Quizá por ello lo elevaron al plano ritual usando estos ritones como vasijas ceremoniales. ¿Quién sabe? Sonja Kacar y Sarah Mcclure están en ello, en un proyecto que dará mucho que hablar. Emil Podruc codirige. Emil tuvo a bien mostrarnos la colección neolítica del museo de Sibenik, como había hecho Natalja Condic la jornada anterior en Zadar. Allí, en la trastienda del museo pudimos ver los restos humanos de un hombre del neolítico que falleció a los 40 años. Su estudio abrirá nuevos caminos de investigación.

Dalmacia ha sido un baño de luz, Korkula, separada ahora por el mar, un confín, un mundo soñado, una página brillante en el libro de la vida. Damos gracias por haberlo vivido y por haberlo filmado y contado.

 

Manuel Navarro

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